Una casa que conserva tradiciones en sus elegantes interiores.

En la sierra ecuatoriana, en la provincia de Tumbaco, este proyecto a cargo de la firma Diez + Muller Arquitectos, recientemente nombrados por la Bienal de Arquitectura y “the 1000 architecture of the Americas”, tomó lugar desde el año 2013. Siendo un ejemplar del lenguaje visual de las tradiciones locales, esta casa cuida ser un espacio de convivencia apartado de su extenso vecindario.

Los interiores, a cargo de la arquitecta Paola Picciallo, manejan una cálida y hogareña paleta de colores que manifiesta el valor de la cultura local y se adapta al entorno al manipular contrastes de luz, celosías y cortinas de cristal a todo lo largo para vincular el patio-plaza con las áreas de convivencia.

Esta casa juega con un lenguaje lineal a lo largo y ancho, al difuminar la iluminación natural y artificial y dando enfoque a los textiles locales, que tienen una serie de colores y texturas que remontan a la familia propietaria a su identidad natal.

 

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