Mecánica e ingeniería del movimiento.

El invernadero de Woolbeding es la pieza central de un nuevo jardín que lleva al visitante a un viaje sinuoso a lo largo de la Ruta de la Seda, desde Turquía hasta China.

Especializado en construcciones de gran altura, Thomas Heatherwick se remonta a sus primeros trabajos a pequeña escala con el invernadero en Woolbeding Gardens en West Sussex que hace más allá de proteger a un grupo de plantas subtropicales.

Esta pieza arquitectónica fue encargada por Stewart Grimshaw quien, junto con Simon Sainsbury, arrendó la finca Woolbeding a principios de la década de los 70.

Tras dos años de diseño y plantación, el camino del jardín serpentea desde la Bursa mediterránea a través de la meseta de Anatolia y los prados tibetanos.

Funcionalmente, el invernadero tiene como finalidad el proteger a los árboles paraguas, magnolias y plátanos de los fuertes vientos y la lluvia del invierno, a la par de estar abierto a los elementos cuando están más tranquilos.

Fue así como Heatherwick Studio diseñó una estructura que florece, que con una serie de arietes hidráulicos los pétalos se abren en cuatro minutos. Al estirarse por completo, éstos se asientan en el mismo ángulo que los lados de vidrio de la base, creando una especie de corona.

 

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