En el corazón de Praga, República Checa, se encuentra la Catedral de San Vito, considerada como uno de los mejores referentes de la arquitectura gótica.
Con dimensiones de más de 700 metros cuadrados, esta iglesia tiene una altura de 96 metros, con un arco de medio punto de 33 metros de longitud y representa un fuerte exponente de la historia patrimonial Checa al haber sido terminada de construir en el año 1344, y ser consagrada desde el año 1929.
La construcción estuvo a cargo de la familia Parler, quienes se encargaban de la principal porción de construcciones religiosas en el siglo XIV, siendo Peter Parler, uno de los hijos de la familia, el maestro en construcción y responsable de la estética y maestría con la que los ambulatorios, las torres, rosetones, naves, cúspides y los vitrales, fueran cumplidos con los más altos estándares de la época.