“Para cuando cumplí 30 años, había dado 10 vueltas al mundo”.

Atribuye la sed de movimiento al Japón, asolado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, en el que creció. Tenía 12 años cuando las bombas atómicas redujeron Hiroshima y Nagasaki a ruinas, y fue desde esa realidad que decidió el carácter constructivo de la profesión, que le llevó a primero tratar de entender el mundo y después intentar establecer conexiones entre las arquitecturas.

“Mi primera experiencia arquitectónica fue la ausencia de arquitectura y comencé a considerar cómo la gente podría reconstruir sus viviendas y ciudades”.

Arata Isozaki tiene 87 años y ha sido acreedor del Premio Pritzker 2019 ya al final de su carrera. Al contrario de otros proyectistas que lo recibieron en medio de su trayectoria como Christian de Porzamparc o Kazuyo Sejima, Isozaki como arquitecto ha acumulado ya todos sus logros.

Se ha dedicado a la arquitectura desde la década de los 60 y es considerado como un visionario arquitecto por su enfoque futurista global sin miedo al momento de enfrentar un diseño. Con más de 100 obras construidas, Isozaki representa mucho más que una antología de manual y se ha convertido en el 40° arquitecto y octavo japonés en recibir el Pritzker de Arquitectura.

Respecto al arquitecto, el jurado del Premio ha dicho que “en su búsqueda por una arquitectura significativa, ha creado obras de gran calidad que hasta el día de hoy desafían la categorización, reflejando su constante evolución y se mantienen contemporáneas en su enfoque”.

La ceremonia oficial de la entrega del Premio Pritzker 2019 se desarrollará en el Chateau de Versailles, Francia en mayo próximo y estará acompañado de una conferencia pública a cargo de Isozaki en París.

Sus primeros trabajos en su país natal la Biblioteca de la Prefectura de Oita (1966). Proyectos inaugurados en 1974 como la Biblioteca Central de Kitakyushu y el Museo de Arte Moderno de la Prefectura de Gunma, revelan una exploración de una arquitectura más personal.

En Estados Unidos, Isozaki es probablemente el más conocido por diseñar el Museo de Arte Contemporáneo en Los Ángeles (1986) y el edificio del Team Disney en Florida (1991).