En 2009, la Universidad de Oxford en el Reino unido escogió a la práctica arquitectónica Hawkins\Brown para diseñar su nuevo edificio Beecroft para la investigación científica. La universidad tenía como objetivo crear un entorno de trabajo colaborativo, donde se unieran los laboratorios, además de proporcionar instalaciones sin precedentes para la investigación.
El nuevo edificio completa el complejo del Departamento de Física en el Área de Ciencias, y está revestido con una combinación de bronce, vidrio y paneles de inserción de malla de cobre. El ritmo, el énfasis vertical y el color responden al estilo gótico vertical de Keble College. En el sótano, se han creado laboratorios estructuralmente aislados de "caja negra" que requieren estándares onerosos de aislamiento de vibraciones.
Estos se encuentran encima de las losas monolíticas de concreto, la de mayor peso es de 54 toneladas y están montadas en sofisticados sistemas de amortiguación para proporcionar una plataforma estable para experimentos a escala nanométrica que son lo suficientemente sensibles como para ser afectados por fuentes de vibración.
En el atrio central, se encuentra una serie de escaleras y rellanos, que proporciona un punto focal para el edificio y establece la continuidad entre las dos mitades. El lugar está equipado con pizarras y asientos informales, que actúan como escenarios, facilitando las presentaciones de los investigadores, discusiones y desarrollos de ideas en conjunto. Este nuevo aspecto está en línea con la visión de la universidad de que romper con el modelo tradicional de trabajo académico y aprenda de la industria para transformar sus métodos de trabajo.