El pabellón Vantablack, diseñado por Asif Khan, es descrito como el primer “edificio más oscuro de la tierra”. Abrirá sus puertas el 9 de febrero de 2018, durante la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de invierno en PyeongChang, Corea del Sur.

El arquitecto británico Khan, pintó con aerosol la estructura temporal de 10 metros de altura con Vantablack VBx2, una sustancia que absorbe más del 99% de la luz. El pabellón es iluminado por miles de pequeñas luces blancas; estas varillas se despliegan sobre la fachada parabólica “súper-negra”, creando la ilusión de un campo de estrellas suspendidas en el espacio.

Al absorber la luz y al no reflejarla hacia el espectador, es muy difícil para el ojo humano distinguir cualquier tipo de profundidad. En ausencia de color, luz y profundidad, la percepción del espacio se transforma, haciendo que un edificio en 3D pueda verse completamente plano.

"Desde la distancia, la estructura parece ser una ventana que mira hacia las profundidades del espacio exterior", dijo Asif Khan en un comunicado. "Me interesa ese sentimiento de lo sublime cuando retiras la cortina de la realidad. Es una forma diferente de experimentar la arquitectura".

Dentro del pabellón, se encuentra una gran "sala de agua"; una instalación hidrofóbica multisensorial que emite 25,000 gotas de agua singulares por minuto. Los visitantes pueden interactuar con los sensores y crear ritmos con estas gotas al colisionar, unirse y dividirse. Estas nuevas formas se acumulan y se amontonan en un "lago" que se drena y reaparece en el espacio, entrando y saliendo del espectro visual del espectador.

Según el arquitecto británico, "Los visitantes de la instalación descubren lentamente que el interior está iluminado en color blanco. A medida que los ojos se adaptan, sientes por un momento que las pequeñas gotas de agua están en la escala de las estrellas. Una gota de agua es un tamaño con el que todo visitante está familiarizado. En el proyecto, quería pasar de la escala del cosmos a la escala de las gotas de agua en unos pocos pasos. Las gotitas contienen el mismo hidrógeno del comienzo del universo, como las estrellas".

Para construir el pabellón de los Juegos Olímpicos de Invierno, la subestructura de acero se atornilló en el sitio y luego se cubrió para crear las superficies curvas. Durante la construcción, el equipo tuvo que lidiar con el clima de montaña y las temperaturas entre menos 15 y menos 25 grados centígrados.

"Es un clima desafiante para trabajar, debido a la temperatura, debido a los vientos extremadamente fuertes. En un parque olímpico, no hay mucho marco de tiempo para que algo salga mal", dijo Khan.

 

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