Distinción internacionalmente por la elegancia y comodidad de sus sofás.
Pero es el ingenioso trabajo de diseño del arquitecto Antonio Citterio —creador que ha permanecido por más de 40 años en la marca— que dio origen no solo a las colecciones de sillas pequeñas y accesorios, sino también a una amplia gama de sofás, su producto insignia, que se conciben como cálidas islas de comodidad compuestas por varios elementos modulares a través de diversos tamaños.
Convertir una casa en un hogar es el sentimiento que la compañía quiere compartir con su audiencia.
La marca entrelazó el trabajo de muchos pequeños talleres artesanales que laboraban con madera, metal y tapicería desde principios del siglo XX, con la labor de los grandes maestros del diseño italiano que se formaron a la luz de la Escuela de Arquitectura de Milán.
Es una historia notable, porque todos sus productos se conceptualizan y producen en la histórica provincia de Meda, en Italia. Además, la protección del concepto “Made in Italy” también depende de la cadena de suministro, por lo que materiales como cuero, telas, maderas, metales y materiales de tapicería, entre otros, se seleccionan con los criterios de calidad más estrictos. Para la firma, la gran ventaja competitiva italiana es la seducción: belleza genera belleza que dura en el tiempo y nunca pasa de moda.