Con motivo de la Semana de Diseño de Milán 2021, Dior invitó a 17 artistas a reinventar uno de los íconos de la Maison: su silla medallón estilo Luis XVI.
Adoptada por primera vez por el mismo Christian Dior en 1947, rápidamente pasó a formar parte como uno de los elementos visuales característicos de la marca en sus boutiques, anuncios y, principalmente, para sentar a los invitados en sus desfiles de moda.
Para la presentación en Milán, Dior solicitó a los creativos que mostrarán nuevas obras inspiradas en la silla ─cuya estética francesa reside en el palacio de Versalles─, utilizando tecnología de punta. Una colaboración cuyo objetivo es mostrar un reflejo de la modernidad atemporal de la Maison.
Los artistas invitados para mostrar su reinterpretación de la silla medallón Dior y creatividad sin límites fueron:
- Joy de Rohan Chabot, cuyo diseño está basado en la flora de un cuento de hadas, que refleja su fascinación por la naturaleza y las artes decorativas. Un lujoso tributo a Christian Dior y su pasión por las flores que también invoca el tema de la colección SS 20 de Maria Grazia Chiuri.
- Ma Yansong, el arquitecto reinventó una silla con un diseño que viaja en el tiempo hacia el futuro. Refundido en poliuretano monocromo impreso en 3D, el trabajo refleja el espíritu artístico y arquitectónico de Ma. Una alta costura, que como C. Dior decía: “siempre se adelantó a su tiempo”.
- Nendo jugó con las percepciones y reinventó, como un mago, las dimensiones. Oki Sato bautizó la silla como Chaise Medaillon 3.0, cuyo asiento y patas forman ahora una sola pieza, tallada en una lámina fina de vidrio templado y curvada en semicírculo. “Elegancia contemporánea en la que, pasado, presente y futuro, arte y moda dialogan en una larga conversación con Monsieur Dior”, dijo Sato.
- Pierre Charpin diseñó un modelo icónico de cuatro patas con un emblemático respaldo elíptico, con un asiento con techo de espejo.
- Atang Tshikare, quien destacó creencias y mitos sobre el cosmos y la divinidad, fascinado por su propia gerencia Tswana y la diversidad de culturas africanas. Diseñó una silla medallón en piel curtida vegana y constelaciones en efecto de relieve.
- Constanza Guisset. La diseñadora francesa exploró diferentes universos y creó una silla plegable con una estructura de madera fresada, compuesta por dos óvalos simétricos.
- Dimorestudio. Una encrucijada entre el arte, la moda, el cine y los viajes. La firma optó por deconstruir el modelo original, dividiéndolo en varias piezas para volverlo a ensamblar con acentos en bronce, latón, oro y varios elementos reconstituidos a mano para formar una sola pieza.
- India Mahdavi, diseñadora francesa de origen iraní-egipcio, ofreció una técnica de crochet de lana para desarrollar patrones coloridos en una serie de cinco sillas, todas con un diseño diferente: “una tribu unida a pesar de su individualidad”.
- Jinyeong Yeon reinterpretó la silla medallón en dos versiones. La primera está hecha de tubos sutilmente deformados, mientras que el segundo es chapa de aluminio con detalles diagonales que recuerdan el motivo Dior Oblique.
- Khaled El Mays exalta la virtud del hecho a mano y, en particular, el arte de tejer. Para esta ocasión, el diseñador creó una pieza que invita a trascender en el tiempo.
- Linde Freya Tanglder creó una silla medallón en gris, el favorito de Christian Dior, quien lo describió como el tono “más práctico y elegante”. A diferencia del resto, la artista diseñó una silla con tres patas y un dossier inclinado.
- Martino Gamper simplificó las líneas de la silla, sin eliminar el encanto único original.
- Nacho Carbonell la dotó de personalidad propia, con historias que definen su singularidad en la actualidad.
- Pierre Yovanovitch transformó el ícono de Dior en una obra “rebelde y contemporánea” en acero, denominadas Monsieur y Madame Dior, que cultivan la individualidad y afinidad como pareja.
- Sam Baron se basó en la modernidad. El diseñador francés trasladó la silueta de la silla a versiones para interior y exterior que incluyen un columpio y una mecedora doble.
- Seunjin Yang describió su obra como “simple, única y divertida”. Una creación lúdica que desafía la imaginación al utilizar la forma de los globos como un símbolo de fragilidad e inestabilidad.
- Tokujin Yoshioka creó, como una ilusión óptica, un modelo que cobra vida en un sutil juego de transparencia y relieve.