Tradición de elegancia y suntuosidad.
Gracias a la ayuda del primer horno para cristal, que fue instalado en 1816, Baccarat comenzó a tener encargos para la realeza y personajes importantes a nivel mundial, por lo que en 1855 recibió la medalla de oro en la Exposición Universal de París y fue 5 años después que la marca quedo registrada oficialmente, identificándose con un sello en sus artículos de cristal más finos con la letra “B” y el año en que la pieza fue creada. Más adelante, en 1990, todas las piezas de iluminación comenzaron a firmarse con una gota de cristal rojo, con la cual hoy en día se identifica la marca.
Con su extensa variedad de productos, que van desde copas, accesorios de mesa, esculturas, espejos y hasta increíbles chandeliers, Baccarat comenzó a diseñar joyería y se extendió hacia la industria del perfume. La reconocida marca ha trabajado con grandes diseñadores reconocidos a nivel mundial como Arno Billault, Vincent Dupont-Rougier, Kuntzel + Deygas, Inga Sempé, Tsé & Tsé, Marcel Wanders, Jaime Hayon y muchos más.
En 2003, la loada marca inauguró la “Maison Baccarat”, un espacio ubicado en la 11 Place des Etats Unis en París, que da lugar a las oficinas corporativas, una boutique, el Crystal Room Restaurant y el Museo Baccarat que con tan solo 7 euros se pueden apreciar piezas únicas de cristalería usada por los Zares de Rusia, Alfonso XII y Alfonso XIII, Bill Gates, el papa Juan Pablo II, entre otros.
El interior que fue a cargo del diseñador Phillipe Starck, demuestra la elegancia de la marca con sus exquisitos cuartos de baño realizados en cristal de Baccarat y la decoración como la silla a gran escala hecha del mismo material situada en el hall del museo y sin poder faltar, un chandelier de cristal sumergido en un acuario de agua. 5 años después, Baccarat inauguró su segunda “Maison Baccarat” en Moscú, el proyecto estuvo a cargo por el mismo diseñador Phillipe Starck.