Este restaurante tiene la intención de convertirse en una plaza parisina en Manhattan; inspirado en el estilo Art Nouveau elegante y ornamental, evoca el optimismo del cambio de siglo, transportado a la Nueva York actual.

Diseñado por la firma de Julien Legeard, uno de los principales atractivos de La Grande Boucherie es la entrada, donde el comensal es recibido con un espectáculo de adornos, así como una barra principal, encima de la cual se integra un techo decorativo de más de 150 años de antigüedad.

El lado norte y sur del restaurante incorporan un bar con paredes revestidas de azulejos y obras de arte que reflejan la alegría de lo que era vivir en el París de los años 20. En el lado este se ubica una barra de charcutería, con muros y pisos están cubiertos de roble y obras que reflejan los aspectos más refinados de la época de la belle époque.

Los suelos de todo el interior adoptan formas orgánicas, que toman inspiración de los grandes maestros del Art Nouveau, como Víctor Horta y Antoni Gaudí. En cuanto al techo abovedado, posee detalles esculpidos a mano y fundidos en yeso, así como acentos de pátina dorada que ofrece autenticidad y una sensación de calidez, adaptado a la arquitectura del edificio.

Una claraboya de cristal −que data de más de 150 años− procede directamente del Marché aux Puces de París. Ésta perteneció a una finca privada junto a la Ópera Garnier y fue rescatada antes de la demolición para tener una vida en La Grande Buchiere. Cada una de las piezas del vidrio antiguo está pintada a mano.

Debajo de ésta, que se extiende a lo largo de toda la cuadra de 6 ½ Avenue, 150 comensales pueden disfrutar de su comida al aire libre. En el interior, se ha distribuido espacio para hasta 400 personas.

 

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